lunes, 20 de junio de 2011

La Madre que parió al Cliffhanger

Como ya sabreis porque este blog os tiene acostumbrados a ser siempre el último en hacerse eco de todo, y no lo voy a cambiar ahora que el mundo me ha hecho asín, la editorial Ludotecnia, que puede parecer nueva pero tiene más solera que los callos del Mío Cid, ha comenzado a publicar su línea Cliffhanger, que es una colección de juegos de rol entorno a un mismo sistema de reglas. Aunque ya avisan de que los habrá que no, porque sus autores tendrán más mala leche que los editores, y se les han impuesto, digo yo. Dicho sistema se pretende muy simple para que no se te olvide de un libro a otro, lo que a mi me pasa constantemente, y al primero que se ría le mando a freir espárragos, que uno es así de fino. Utilizará además como base un D10, que es el dado más feo y plebeyo que existe, fíjese usted que no es poliedro ni nada. Este sistema común ha sido dado en llamar Madre, confirmando aquello de que Madre no hay más que una y a tí te encontré en la calle. Suena cuando menos curioso, por no faltar con algo peor sonante. Y ya se que el nombrecito viene de la computadora de Alien, pero aún así.

Lo más sobresaliente de la colección cliffhanger es sin duda el tamaño de cada juego. Por un lado la comodidad del formato y su brevedad, que me parece cubren exáctamtente las necesidades logísticas de un juego de rol, aunque supongo me rebatirán los tecnócratas con las bondades de los dichosos "libros" electrónicos que te hacen más comodo el llevar a mesa uno de esos juegos incómodos de tanto necesario manual para jugar, que ríase usted de la Biblioteca Nacional. Por otro, la gozada que son para hacer esta reseña, porque me he leído los dos primeros manuales, los que han sido publicados hasta ahora, ambos en un día. Y del precio ni hablemos, que un servidor ya pensaba que el rol se las prometía de hobby democrático pero se estaba quedando para las élites que no saben de crisis, pero no, mira, al final podrá ser para cualquiera, como un menda o el príncipe Felipe, que he oído que también es muy demócrata.

Claro que como esto es España, el formato será criticado y denostado, primero por lo inusual. Y segundo, porque aquí somos de manuales grandes, que en España nos gusta que todo rebose; no en vano la frase que más (aunque no mejor) nos define es esa de "¡hay güevos!". Pero claro, repito que esto es España, aún más que el rebosar, nos gusta el alardear, y en alardear se nos va la fuerza por la boca. Por eso además de gustarnos, nos combienen los manuales que nos lo traigan todo hecho y nos digan todo lo que tenemos que hacer, no tengamos que hacerlo nosotros. Que lo hagan ellos, faltaría más. El no hacer nada no compromete, lo cual te permite quejarte y criticar sin miedo. Que al final es lo que nos gusta de verdad, criticar a los demás por hacer lo que nosotros no tenemos güevos de hacer.

En Ludotecnia los tienen bien puestos, pues la decisión editorial no es baladí. Han decidido sacar una colección, nada menos, de juegos de rol de escaso tamaño, y yo que les aplaudo. Porque como digo, son la mar de apropiados para una actividad como el rol, pero así a primera vista no apelan a los acomplejados que necesitan todo grande para compesar vaya ustéd a saber el qué, pero parece que hay muchos. Y en un país donde además estamos acostumbrados a gastar a espuertas el dinero que no tenemos, hasta que estallan burbujas, no de jabón precisamente, y nos pillamos los dedos. Es que como no se lee mucho, pues no hemos mirado el diccionario de sinónimos para saber que coche lo es de utilitario, pero no de derroche. But I digress...

Pasemos a analizar cada juego publicado por sus propios méritos.

¡Gañanes!
El autor de este juego sí que los tiene bien puestos para ejercer su libertad creativa de esta forma. ¡Esto es ni más ni menos que el juego de rol del gañán! ¡El de La Hora Chanate! ¡El creado por el equipo de Joaquín Reyes, interpretado por Ernesto Sevilla! Lo único que le falta es haberlo escrito con el "dialecto" albaceteño, pero por lo demás, todas las neuras de los guiones de el Gañán o Al Fresco, como lo llamaban en Muchachada Nui. Eso mezclado con las películas más pastorales de Paco Martinez Soria. Y quizás un toque de Los santos inocentes. Pretende ser Amanece que no es poco, pero tampoco me parece que haya logrado ese objetivo. El mundo rural de la España profunda analizado para crear un juego de rol, porque el análisis es más profundo de lo que parece. E incisivo.


La redacción se enfoca como la narración de un paisano de pueblo dirigiéndose al lector, y lógicamente patina a ratos; unas veces es creíble y otras forzada. Las reglas son sencillas, reduciéndose al sistema Madre de esta serie Cliffhanger, que vaya nombrecito el de Madre para un sistema, sobre todo para algo con pretensiones tan simples, cuando es bien sabido que una madre es lo más grande del mundo. Pero oiga, que lo llamen como quieran que el sistema es suyo y se lo follan cuando quieren. Aunque llamándose Madre suena muy feo, a incesto, y el que hace incesto hace un ciento. Solo lo digo para que se vea qué mal suena eso del sistema Madre.

Hay un excesivo espacio dedicado a las reglas que, la verdad, no son innovadoras que digamos en lo que a representar la ambientación se refiere, y se echa de menos más trasfondo, que bien contado podría dar un libro de ambiente pastoral de agradable lectura. El típico lisssssto, como los llaman en el juego, de turno, me saldrá ahora con que la ambientación no tiene mucha chicha, pero digo yo que el jugador de rol tipo es un urbanita de a mi no me toques, que además la identificación friki=enfermizo=alergias es lo normal, y como pare irse mucho al campo. Además a los señoritos de ciudad les faltan los referenes necesarios para conocer la ambientación a fondo, por lo menos para saber distinguir una legona de una fesoria.

Los dibujos me parecen muy chulos, en plan artístico y eso. Que quereis, es lo que tiene tener cuatro asignaturas obligatorias de arte en la carrera, al final uno entiende el interés del arte contemporaneo, y se convierte en un pariah. Sobre todo si vive en una cultura donde lo más valorado son los bikinis de cota de malla, el colmo de la protección, oiga. Sin desmerecer al artista, en el caso de Gañanes su estilo pega menos que el arroz S.O.S., y el manual habría ganado más incluso con fotos de Crónicas de un pueblo o Verano azul, ya que la cosa va de paletos.

No puedo por menos que romper una lanza en favor del juego por su propuesta originial donde las haya, y sobre todo por querer buscar posibilidades donde al grupo principal del rol nunca se le hubiese ocurrido. Y por grupo principal del rol me refiero a todos los que lo van a poner a parir por considerar que la idea es una memez. Ya sabeis, los que piensan que el rol va todo de interpretar (es un decir) bárbaros sudorosos, o marines espaciales sudorosos. Vamos, que no vendrían mal unas duchas para mejorar la higiene de la imaginación. Además, tampoco hay que tomarlo literalmente como un juego, sino como un ejercicio teórico del rol, un Gedankenexperiment o experimento mental, que decimos en física cuántica. Que el autor ya lo dice bien claro, no es tanto un juego como un juguete de rol. Pero no se si las mentes literales de bárbaros y marines sudorosos llegarán a captar la idea, que hay juegos que no lo son realmente, como el Paranoia, y se empeñarán en jugarlos hasta acabar bastante confundidos y lógicamente frustrados. Hay quien se bebe hasta el agua de los floreros, y quien jugará hasta con el Lecturas, ya que es una bonita publicación con ilustraciones a todo color de personajes, y unos personajes de cuidado, además.

Dogfight
Tengo que confesar que no soy imparcial al tema retratado en este juego, uséase, la vida y milagros de los pilotos en la Primera Guerra Mundial. Por lo pronto es un ambiente histórico, para mi es una de las razones básicas de la existencia de juegos de rol; que otros peinan bombillas y aún otros piensan que las razones básicas del rol son el hacer el bárbaro o el marine espacial sudoroso, y a veces solo el oso. Cada uno tiene derecho a sus neuras, digo yo.


Lo primero que salta a la vista es que el nombre es feo con ganas. Esta bien escogido para el tema a tratar, también es verdad. Afortunado si, pero feo, también. Luego te saltan unos aviones la mar de chulos de la portada, de esos de la Primera Guerra Mundial, que son mucho más vistosos que los de ahora, donde va usted a parar. Y encima, como muy bien comentaba su autor en el blog de Ludoctecnia, solo hay que buscar ilustraciones de los mismos en google, y se queda uno todo maravillado. Para compensar las que tiene el juego, que en fin. tampoco es que hubiese sitio.

Vale que entiendo la idea del juego, que no es otra que centrarse en las misiones aéreas y hacer con ello un juego así de pequeño, coqueto para usar el lenguaje más ampliamente. Coqueto, que después de todo es la idea detrás de Cliffhanger. Pero no he podido evitar durante toda la lectura del manual que la idea se sale de Madre (coña malintencianada), y que de esta propuesta inicial puede salir un pedazo juegazo. Vamos, que para lo que se pretende aquí está de sobra, pero si empezamos a añadir trasfondo histórico, empezando por ilustraciones de aviones, que se echan de menos, nos quedamos solos. Pero es que además lo interesante es que no existen juegos de rol en una ambientación tan importante y fertil como la Primera Guerra Mundial. De la Segunda tienes a cascoporro, tantas que ya para variar la gente les añade superhéroes, hombres lobo o yogur de pistacho, para diferentes paladares. Pero la Primera Guerra Mundial... está virgen, por así decirlo.

Así que me he pasado toda su lectura pensando en robar hacer mia la idea, y diseñar un juego más amplio que toque todas las facetas del conflicto, pudiendo jugar pilotando aviones como Manfred von Richthofen, espiando como Mata Hari, o en un contexto aún más diferente de aventuras, como T. E. Lawrence, que por vivir, vivió de todo. Además le vendría muy bien un diseño polifacético, algo así como el Aces & Eigths, que tiene una mecánica o minijuego diferente para cada tipo de actividad. Así, el espionaje tendría su minijuego, la diplomacia otro diferente, y no digamos el combate aéreo, faltaría más. Hasta una especie de juego de la oca para recorrer las trincheras huyendo de la nube de cloro. No, en serio, podría ser un juego histórico definitivo.

Pero bueno, que para lo que es, está de sobra. Las reglas muestran que su autor le ha puesto mucho mimo y se conoce los entresijos del combate aereo y derivados de aquella época. Se comprueba con cada regla donde quiere llegar y qué quiere emular. Lo malo es que la implemetación es colorista. Vamos, que hay reglas que están muy bien, y otras todo lo contrario. No es algo aberrante, entiéndaseme; el juego se puede jugar y disfrutar un montón. Pero hay reglas que han quedado de aquella manera, y los más maniáticos lo notamos en el sentido estético. Se echa de menos una labor de playtesting un poco amplia antes de haberlo publicado, así como otra, más modestita, eso si, de edición. Por lo demás, el juego es bastante redondo, y con muy pocas páginas y un mínimo de imaginación, da para una pedazo de campaña. Al menos de cuatro años. Ya sabéis, como de 1914 a 1918.

Conclusión
Yo que soy muy dado a concluir y sentar precedente como un juez supremo, doy fe, como un notario, que la iniciativa de Ludotecnia es valiente e interesante. Luego cada libro será de su padre y de su madre, sobre todo de su Madre, pero vamos, es una propuesta diferente y muy centrada. Y sobre todo se trabaja en vez de criticar, criticar, criticar. Vamos, que en Ludoctecnia han interiorizado lo de menos samba e mais trabalhar.

A ver si en futuras entregas el sistema Madre va adquiriendo alguna que otra mecánica divertida, y esperemos que siempre simple, sin tener que usar un iPollas para que haga los cálculos como en los sitemas muy estructurados y tan apetecibles como una charla sobre rocas metamórficas, también llamadas cornubianitas, Gutierrez que le veo. El sistema Madre. Uy, lo voy a aprovechar para mi próxima campaña de Ciencia Ficción. Suena a El Imperio Contraataca. El sistema Madre. "¿Madre es un sistema?" "No, Madre es un nombre. Madre Calrissian."

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