viernes, 16 de abril de 2010

Enter The Dragon Age

Dragon Age, como todo el mundo sabrá a estas alturas, es la gran apuesta, y osaría decir revelación, del pasado año en el mundo de los videojuegos de rol. Lo cual es extraño, estando como ha estado más de cinco años en desarrollo. Pero cuando un gigante de los videojuegos de rol como es Bioware está detrás, dicha apuesta es segura. ¿El resultado? Aplastante.

Después de muchos años de consumirlos, un día llegué a la conclusión de que en realidad no me gustan los videojuegos. No, como entusista enamorado del rol me parecen torpes, limitados. La proverbial zanahoria al final de un palo, pues hasta los "sandbox" te marcan el camino recto que has de seguir. Es un ejemplo de la máquina inerte (y por ende, no inteligente), dirigiendo al humano. Lo que es un comportamiento bastante estúpido (y recordad, yo también lo realizo). ¿Qué es lo siempre me ha llevado, pues, a jugar nuevos juegos? Lo mismo, chicas y chicos, que me lleva a jugar al rol: vivir aventuras, poder sumergirme en un ambiente fantástico en el que me resulte fácil "suspender la realidad" y pasarlo bien. Digo esto porque Dragon Age, como videojuego, no vale mucho. Es lineal, igual a otro millón de videojuegos de rol anteriores, y en realidad menos brillante que la mayoría. Pero que narices, lo que convierte a Dragon Age en uno de los más especiales es que te mete dentro de una maldita película de fantasía. Es todo ambiente, que es lo que realmente engancha, por encima me temo, de la "jugabilidad".

(Y si, más especial que los dichosos Final Fantasy. Me gustaría indicar que el ambiente y tono de Dragon Age es el mundo medieval, no el mundo de Operación Triunfo.)


Si queremos una experiencia de inmersión absoluta, necesitamos no solo una puesta en escena magistral, sino un mundo de juego atrayente. El de Dragon Age, aparte de la enésima vuelta de tuerca fantastico-medieval, opta por una tendencia en el género que se dedica a reivindicar lo "medieval" del nombre; famosos ejemplos de esta son las novelas de Deryni por Katherine Kurtz y la saga Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin. Pondré algunos ejemplos de como el mundo de Dragon Age se acerca al paradigma del medievo europeo:

- El antiguo Imperio de Tevinter es sin duda análogo al Imperio Romano. Perdida su gloria de antaño, sobrevive en parte como la nación más decadente de Thedas, lo que hace clara referencia al Imperio Romano de Oriente, Bizancio.
- En la remota antigüedad, los altos magos de Tevinter quisieron aumentar su poder accediendo al "cielo divino". Al lograrlo, lo corrompieron y fueron expulsados y malditos por el Creador, convirtiéndose en el origen de la maligna horda de los Darkspawn, que mora en lo profundo de la tierra; una clara referencia al infierno y el angel caído, Lucifer, además de incluir el mito de la expulsión del paraiso.
- Incluso una de las "razas" de Darkspawn son los Genlock, referente de los seres feéricos que en el ideario religioso medieval fueron "reciclados" por el cristianismo a ser parte de los poderes infernales. Lo mismo ocurre con los ogros.
- El Creador tuvo una profeta, Andraste, que con un ejercito de creyentes hizo tambalearse al Imperio de Tevinter, fué traicionada por su compañero humano, y tras ser ejecutada subió a los cielos como compañera del Creador.
- Como perfecto broche a lo anterior, resulta que todo lo que sabemos son las enseñanzas del "Chantry", la analogía de la iglesia cristiana, enseñanzas que algunos consideran basadas en el mito y las manipulaciones del clero. La mayoría de los estudiosos que dudan son los magos, experimentadores de la realidad como son, y que en un toque de genialidad por parte de los creadores de Dragon Age, están supeditados al control del "Chantry" por su peligrosidad y relación con las fuerzas del mal.

Esto nos lleva a lo que realmente nos atañe, el rol en mesa, el de toda la vida. A los roleros de pro, cuando descubrimos mundos tan elaborados y astutamente construidos automáticamente nos sentimos inducidos a jugar. Y aquí la buena noticia es que Dragon Age tiene versión de rol en mesa, nada menos que a cargo de Green Ronin, y por si fuera poco, proyecto personal del mismísimo Chris Pramas. Su planteamiento además, en estos tiempos de renovación volviendo al minimalismo del inicio del hobby, es el de acercarse al Old School Renaissance (renacimiento de la vieja escuela), y tras leerlo puedo asegurar que el resultado es tremendo. El combate, las habilidades, y resto de reglas para el Master, son tremendamente simples pero efectivas, minimalistas, y con todo el espacio necesario para que el Master juzgue, varíe y cree reglas in situ. Solo hay dos excepciones contadas: el sistema de salud, con una rápida recuperación de ingentes cantidades de puntos de vida, y los "stunts", maniobras especiales de combate que se usan cuando los dados han sido propicios. Ambas excepciones son, como puede apreciarse, sencillos intentos de evocar un cierto tono de videojuego, sin llegar a los extremos del D&D 4e.

Definitivamente, me gusta Dragon Age. Me gusta un montón. Su propuesta de "fantasía oscura" está a tenor de las obras antes citadas, tocando temas adultos de forma adulta (por su parte, Warhammer es fantasía oscura por regocijarse en un barroquismo de sangre). Su sistema de juego es sencillo y pulido, una gozada para el Master que quiera "trastear" con el, muy en la línea del Old School y el tipo de juego sin complicaciones, que busco en la actualidad. El mundo podría desgastarse, como todos, pero al menos para una buena campaña si que quiero dirigirlo. Se encuentra entre los primeros de mi lista.

4 comentarios:

vanya dijo...

Habrá que echarle un vistazo :)

Y por cierto, una sugerencia: para facilitarle la vida a tus lectores podrías añadir enlaces en todas esos nombres, compañias, juegos, libros y demás cosas a las que haces referencia.

Luis M. Rebollar dijo...

Si, por supuesto no lo había olvidado... es solo vagancia. :)

A ver si en un rato libre lo remedio.

Delfar dijo...

Una pena que ya esté agotado...

A ver si reeditan.

Luis M. Rebollar dijo...

Da gusto oir que un juego por el que uno ha apostado tan fuerte ha agotado sus existencias... :)