Todo el mundo a estas alturas ha disfrutado de la deliciosa (y a veces absurda) película de Abrams. Y parafraseando el último juego de rol de Star Trek hasta la fecha, publicado por la ya agonizante Decipher, "Star Trek is a phenomenon born of gleaming starships and mysterious worlds, bold explorers seeking out new life forms and new civilizations, phasers and transporters and bizarre wormholes, and space, the final frontier." (Star Trek es un fenómeno producto de relucientes astronaves y mundos misteriosos, audaces exploradores buscando nuevas formas de vida y nuevas civilizaciones, phasers y transportadores y extraños agujeros de gusano, y el espacio, la última frontera). No va a ser en esta entrada; hay mucho que decir (bueno y malo, aunque prima lo primero, afortunadamente) como para hacerlo en otras múltiples ocasiones. En la que nos ocupa, sin embargo, hablaré de un peculiar juego: Battlestations.
Battlestations es inclasificable. Tiene tablero, o más exactamente tableros. Sin embargo cada partida es una aventura, relacionada con la precendente y la consecuente por que cada jugador lleva un personaje propio que crece con la experiencia... como un juego de rol. Pero no es un juego de rol porque todas sus reglas se refieren solamente a la resolución de misiones (batallas, y poco más), y la fase de experiencia de los personajes entre ellas. Por si fuera poco, es conducido por un Director de Juego que crea nuevas aventuras. Quiero decir, misiones. Y para que todo el mundo esté contento, sus diseñadores lo denominan "proto juego de rol". En medio de este dilema definitorio, huelga decir que por inclasificable, el juego es todo un alarde de genialidad y creatividad.
La mayor influencia de Battlestations, aunque una entre muchas, es Star Trek. Pero un Star Trek en plan gamberro. Aquí la chica guapa no se dedica a las comunicaciones, sino que es una marine bastante bestia cargando un desintegrador enorme. Y la federación (en este caso no la pondré en mayúsculas) explora nuevas formas de vida y nuevas civilizaciones, para absorberlas en una única organización de paz y concordia que les facilite el cobro de impuestos. Todo ello con un tono socarrón perfectamente representado en las caricaturescas ilustraciones de línea clara. El resto de influencias de la ciencia ficción más clásica dan lugar a un repertorio de alienígenas manidos, incluyendo una raza de malvados cúmulos de tentáculos.
Pero la genialidad del juego reside en su propuesta. Battlestations es un juego de batallas espaciales, con su tablero de mapa estelar y sus fichitas de naves espaciales. Pero, inspirado por Star Trek, que aumenta la emoción de las batalles navales napoleónicas trasladándolas a la majestuosidad del cosmos, Battlestations no solo actua en el plano del exterior de las naves... sino también en el interior. En otras palabras, se juega con dos tableros, uno para el exterior de las naves, y otra para el interior (en un principio y hasta que se produzca el abordaje, solo la de los PJs). Interiores que se forman a partir de piezas modulares para las distintas dependencias de la nave, de forma que cada nave se diseña de forma única. Y eso implica que si un personaje tiene que ir desde el puente de mando a la sala de motores... debe recorrer la nave mientras la batalla tiene lugar en el exterior. Como decía, una genialidad. Alguien tenían que diseñar este juego antes o después. Lo raro es que no se haya hecho mucho antes.
Este diseño tiene gracia porque las naves no son los enormes navíos de Star Trek. Su tamaño y disposición son menores, mucho más parecidas al Halcón Milenario o Serenity, que además le añade más gracia al concepto. El Juego tiene una presentación muy atractiva, además de una gran cobertura, pues para el enamorado que esté dispuesto a realizar el gasto, no solo hay miniaturas de personajes y naves, también existen "módulos" de los distintos sistemas de la nave en 3D.
Como ya he comentado, sus creadores incluyen en su propuesta una parte de rol, tanto por indicaciones a tal efecto, como porque una de las mecánicas del juego es el desarrollo de personajes. Y como dice John Wick, proponiéndoselo cualquier juego puede convertirse en rol. Considerando esta posibilidad, el juego es tan tremendamente sencillo y flexible para que el Master establezca sus decisiones, y adecuado para el trasteo con sus reglas, que puede entrar en la consideración de juego de la Vieja Guardia. Es una doble posibilidad a explorar, su uso como juego de rol de facto, y al estilo de la VG, que considero muy interesante experimentar. Especialmente porque el universo de battlestations, como el de Star Trek, acepta cualquier clase de historia de Ciencia Ficción, lo que le añade una gran versatilidad desde el punto de vista del rol.
Y es más chulo...
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