viernes, 25 de junio de 2010

El único videojuego que jamás necesitaréis


Esta titulación que utilizo muy a menudo no implica que el objeto sea "el mejor", o no podría utilizarla tan a menudo. Solo significa eso, que el juego tiene posibilidades infinitas para jugarlo hasta aburrirse. O más bien al revés, sin aburrirse nunca. El juego del que voy a hablar a continuación es uno de los más frescos, completos, bonitos, innovadores y originales sin ser realmente original, que ha caído en mis manos en el último par de años. También tiene elementos que me llenan de forma especial, con lo que podeis esperar una reseña un poco hinchada, pero poco. El juego no es otro que Mount & Blade, y su "secuela independiente", el Mount & Blade Warband. Y efectivamete, es el único videojuego que jamás necesitaréis.


¿Recordáis el Elite? Quizás los más jovenes no. Elite fué un exitoso videojuego editado en el año 1984. Con claras reminiscencias del Traveller, al menos para aquellos que conocían este, Elite muestra un complejo universo de planetas conectados por redes de comercio de las que se aprovechan piratas espaciales y comerciantes, como el mismo jugador. Una hazaña de programación permitió comprimir los datos de una enorme galaxia de planetas en muy poco espacio de memoria -el juego debía ocupar un cuarto de mega-, y un convincente combate en 3D, eso si, a la altura de la época. Y lo que finalmente provocaba adicción era que junto a una trama principal que se iba desenvolviendo lentamente, Elite era un ejemplo soberbio de lo que hoy conocemos como "sandbox", es decir, un tipo de juego abierto en el que el jugador puede vagar libremente realizando diversas tareas y mejorando en el proceso, sin un final definido, de forma que tiene una potencial atracción para jugadores de rol por su sensación de libertad de acción.

Pues una vez situados, Mount & Blade es un "sandbox" que recuerda enormemente a Elite, combinándolo con uno de los viejos anhelos en los videojuegos, un combate medieval realista y fácilmente implementado en los controles del ordenador. Y todo lo que pueda decir del combate de Mount & Blade es poco. Sin duda alguna, es el mejor simulador de combate medieval en priemra persona, realizado hasta la fecha. Es tán convincente, que en mi experiencia psicológicamente siento, cuando cargo con una lanza, el impacto. Por supuesto, como videojuego no es real y se le ven las costuras, sobre todo si alguna vez has practicado alguna de las artes marciales representadas (esgrima y tiro con arco, en mi caso), pero hasta que alguien más programe algo mejor -y hasta que se desarrolle más tecnología, este parece ser el mejor intento-, Mount & Blade es definitivo. Por lo demás, se puedn llevar a abo todas -todas, insisto- las tareas propias de un soldado de fortuna en la Edad Media, e incluso más: se puede hacer dinero dedicándose exclusivamente del comercio, sin adscribirse a ninguna facción. Eso es libertad de acción, y lo demás tonterías.


En pros y contras, los gráficos no son muy elaborados, al menos no punteros, aunque han mejorado entre el original y Warband, por lo que presumiblemente la tendencia continuará en futuras iteraciones; en ese caso la sensación de realismo e "inmersión" pueden llegar a ser mareantes. Warband tiene además opción multijugador, con lo que puedes unirte a tus amigos para asaltar un castillo, y la experiencia no tiene desperdicio. Por desgracia, sus desarrolladores que en principio son "indie", se han subido al carro del corporativismo empresarial, y el CD de Warband no contiene el juego, sino una instalación del terrorífico Steam que se conecta para bajarse el juego; esta forma de distribución se va a imponer desde ya mismo en el mundo del videojuego, supongo que como otra ilusa forma de luchar contra la piratería, pero me parece un engaño tremendo, pues vender información virtual sin un soporte físico es como vender aire, y sin duda la gota que en mi caso me ha llevado finalmente a no comprar ni un solo videojuego más.


Volviendo al Mount & Blade, desde el principio el juego está diseñando para incluir modificaciones con toda facilidad, y en internet hay mundos y más mundos para estar jugando ad nauseam. Combinándolo con el combate del que no te puedes cansar -realmente debo de insistir en ello-, convierten a Mount & Blade (Warband) en el único videojuego que jamás necesitaréis.

2 comentarios:

Delfar dijo...

A tí te han pagado para esta reseña, no puede ser tan bueno...

¿Es de Steam? ¿Hay que comprarlo aparte o por internet? ¿Se paga al mes o con comprar el juego vale?

Tantas maravillas me han dejado un poco despistao.

P.D. Yo si recuerdo el Elite.

Luis M. Rebollar dijo...

Si, si, es así de bueno. Comenzó como un juego "indie", recuerda. En cualquier caso, ya digo que yo no soy imparcial; este juego es perfecto para mis neuras medievalistas.

Es de Steam; lo que comenté es que yo me locompré físicamente, y luego resultó una estafa porque el CD no contiene el juego, sino el Steam.

Y no tiene cuotas, porque en realidad el "mundo persistente" no es el juego multijugador. Este último modo solo tiene escaramuzas.

Lo que no entiendo es porqué no se hacen nuevas versiones de la serie Elite.