
Revisando los viejos manuales del Star Wars D6, un material al que no había accedido desde hace años, me he planteado el análisis de la evolución de Star Wars. Una evolución no solo gráfica, también iconográfica, sufrida a medida que nuevas exigencias se han impuesto para justificar una omnipresente evolución, que muchas veces no es necesaria, y solo sirve a los designios del marketing y el mercado.
Lo creais o no, George Lucas era más inocente cuando creó Star Wars, de lo que es ahora; no mucho considerando que buscó un contrato con pleno derecho a merchandising, concepto poco comprendido entonces, por lo que la Twenty Century Fox accedió sin problemas. Esa inocencia se refleja en la inmutable frescura de la primera película, su iconografía y su estilo. Nada que ver con la decadente complejidad de las encarnaciones más actuales de la saga, no solo de Lucas, sino del universo expandido; pero me estoy adelantando.
¿Cómo era Star Wars originalmente? Pues en esta vida para entender cualquier cosa, hay que contextualizarla (desconfiad de quien os diga lo contrario; tal sujeto solo trata de venderos su visión particular como verdadera). A finales de los 70 no existía la conciencia actual de la ciencia ficción porque... bueno, porque Star Wars generó tal conciencia. Hasta entonces lo más grande que había dado la ciencia ficción audiovisual eran 2001 y Star Trek... ambas con continua participación de escritores de ciencia ficción. Así que el referente principal y casi único era la literatura, y en menor medida los comics. Y como en el fondo George Lucas no es más que el plagiador definitivo, con un gran sentido estético, creó Star Wars a base de referencias y retales.
No solo parte de los seriales de Flash Gordon de los años 30, absorbe del género todo tipo de elementos: ejemplos claros son el Imperio y el Hiperespacio, tomados directamente de la saga de La Fundación de Asimov. Y esta estrecha (y lógica) relación entre el Star Wars recién nacido y sus múltiples padres (todo un género de ellos), le concedía una dimensión más rica que probablemente muchos no hayan visto, quedándose solo en la superficie. Esta profundidad por supuesto no aparece en las nuevas encarnaciones de la saga, que solo atienden a los elementos mas coloridos y adolescentes, propios de esta época actual que ha consumido más manga del realmente necesario. Pero de nuevo me adelanto.
Aquel Star Wars que orgullosamente mostraba su herencia de la ciencia ficción clásica fué perfectamente captado por los primeros diseñadores del Star Wars D6, a la cabeza de los cuales se encontraba el casi siempre genial Greg Costykian. La primera edición del juego, amén de tener reglas más o menos acabadas, es sin duda la más fiel a Star Wars, o al menos, a la primera trilogía. Reflejo de lo cual es la existencia en dicha edición de un tipo de personaje singular, ciertamente inusual, que por todo lo que implica (y la cuenta que me trae), es sin duda mi favorito de cualquier juego de rol de Star Wars: el Historiador "de Butaca" (Armchair Historian).
Si, un personaje sin habilidades de combate, en Star Wars. Un concepto que hoy no se entiende, porque en las actuales encarnaciones, la galaxia parece haberse vaciado de gente "normal", para estar poblada de estrafalarios personajes hormonados que luchan por el bien o el mal. Ahem. En fin, que originalmente la galaxia de Star Wars no parecía Eternia, sino una galaxia normal y corriente, como en la ciencia ficción clásica. Y los elementos que tienen que ver con las Ciencias Sociales, entre ellas la Historia, eran muy importantes en el género (hoy también, pero quizás menos); sin ir más lejos, la Fundación de Asimov está basada en la caída del Imperio Romano. En fin, que el Historiador de Butaca no solo es original, sino una clase de personaje cuta inclusión es realmente inteligente. La primera edición del juego, comprende perfectamente la trilogía clásica de Star Wars.
No os perdáis la continuación de este análisis en una próxima entrada.
Lo creais o no, George Lucas era más inocente cuando creó Star Wars, de lo que es ahora; no mucho considerando que buscó un contrato con pleno derecho a merchandising, concepto poco comprendido entonces, por lo que la Twenty Century Fox accedió sin problemas. Esa inocencia se refleja en la inmutable frescura de la primera película, su iconografía y su estilo. Nada que ver con la decadente complejidad de las encarnaciones más actuales de la saga, no solo de Lucas, sino del universo expandido; pero me estoy adelantando.
¿Cómo era Star Wars originalmente? Pues en esta vida para entender cualquier cosa, hay que contextualizarla (desconfiad de quien os diga lo contrario; tal sujeto solo trata de venderos su visión particular como verdadera). A finales de los 70 no existía la conciencia actual de la ciencia ficción porque... bueno, porque Star Wars generó tal conciencia. Hasta entonces lo más grande que había dado la ciencia ficción audiovisual eran 2001 y Star Trek... ambas con continua participación de escritores de ciencia ficción. Así que el referente principal y casi único era la literatura, y en menor medida los comics. Y como en el fondo George Lucas no es más que el plagiador definitivo, con un gran sentido estético, creó Star Wars a base de referencias y retales.
No solo parte de los seriales de Flash Gordon de los años 30, absorbe del género todo tipo de elementos: ejemplos claros son el Imperio y el Hiperespacio, tomados directamente de la saga de La Fundación de Asimov. Y esta estrecha (y lógica) relación entre el Star Wars recién nacido y sus múltiples padres (todo un género de ellos), le concedía una dimensión más rica que probablemente muchos no hayan visto, quedándose solo en la superficie. Esta profundidad por supuesto no aparece en las nuevas encarnaciones de la saga, que solo atienden a los elementos mas coloridos y adolescentes, propios de esta época actual que ha consumido más manga del realmente necesario. Pero de nuevo me adelanto.
Aquel Star Wars que orgullosamente mostraba su herencia de la ciencia ficción clásica fué perfectamente captado por los primeros diseñadores del Star Wars D6, a la cabeza de los cuales se encontraba el casi siempre genial Greg Costykian. La primera edición del juego, amén de tener reglas más o menos acabadas, es sin duda la más fiel a Star Wars, o al menos, a la primera trilogía. Reflejo de lo cual es la existencia en dicha edición de un tipo de personaje singular, ciertamente inusual, que por todo lo que implica (y la cuenta que me trae), es sin duda mi favorito de cualquier juego de rol de Star Wars: el Historiador "de Butaca" (Armchair Historian).
Si, un personaje sin habilidades de combate, en Star Wars. Un concepto que hoy no se entiende, porque en las actuales encarnaciones, la galaxia parece haberse vaciado de gente "normal", para estar poblada de estrafalarios personajes hormonados que luchan por el bien o el mal. Ahem. En fin, que originalmente la galaxia de Star Wars no parecía Eternia, sino una galaxia normal y corriente, como en la ciencia ficción clásica. Y los elementos que tienen que ver con las Ciencias Sociales, entre ellas la Historia, eran muy importantes en el género (hoy también, pero quizás menos); sin ir más lejos, la Fundación de Asimov está basada en la caída del Imperio Romano. En fin, que el Historiador de Butaca no solo es original, sino una clase de personaje cuta inclusión es realmente inteligente. La primera edición del juego, comprende perfectamente la trilogía clásica de Star Wars.
No os perdáis la continuación de este análisis en una próxima entrada.