jueves, 31 de mayo de 2012

Confieso que me engatusaron

Me lo creí.

Después de una temporada un poco regular, buena, pero un poco regular, a lo que no ayudan los ocasionales excesos de violencia y sexo gratuitos, la semana pasada me ví el video previo al penúltimo episodio de la temporada titulado "Blackwater" porque, oh sorpresa, está enterito dedicado a narrar la decisiva batalla a las puertas de King's Landing. Empecé a sospechar lo peor cuando comprobé que la acción transcurría en la oscuridad de la noche, al contrario que en la novela, porque si bién me da igual que cambien detalles aquí y allá para realizar una adaptación más efectiva que fiable, aquello barruntaba una falta de presupuesto para llevar a cabo una de las escenas más espectaculares de la novela-río, en concreto esta:


La destrucción de la flota de Stannis Baratheon por medio del fuego valirio.

Y el video no dejaba entrever nada así. Había gente corriendo en la noche, flechas incendiarias... pero ningún glorioso CGI que me dejase más tranquilo. Todo lo más que se podía entrever esr esto:





















Así que concluí, la falta de presupuesto solo les permite mostrar a cuatro soldados desembarcando y tratando de tirar la puerta abajo. Ya. Fin. Y si, eso sería el fín. Pero de la serie.

Los cambios que se habían operado en la historia no merecían la pena porque finalmente la maldita televisión había resultado un medio muy pobre para estar a la altura de la magnificencia visual. No tendía los medios necesarios. Atrás quedaba la increible impresión de ver las torres de los Frey donde, aparentemente, se había quedado todo el presupuesto en CGIs de la serie.

Pues nada, me dispuse a ver el capítulo esperando ver la debacle, el comienzo de la decadencia, el principio del fin, por mucho que el capítulo estuviese escrito por el mismo Martin.

Y llegó la batalla.

Y apareció un único barco Lannister encarando a la flota Baratheon.

Y en ese momento un escalofrío comenzó en la parte baja de mi espalda, recorriendo mi espina dorsal mientras observaba el navío con la misma angustia que lo hacía Sir Davos, y alamándome junto a él al ver el líquido verde que se vertía desde las bodegas.

"Aydiosaydiosaydiosay..." pensaba para mis adentros cuando Bronn levantó su arco...


...y la flecha sobrevoló la flota invasora.

Y entonces ocurrió lo que me había resignado a no esperar.

BOOOM.


Me lo había creido. Me pillaron desprevenido. La impresión fué indescriptible, como pocas veces me ha ocurrido viendo la televisión. A continuación la batalla tuvo lugar con unos cuantos extras que pasaban corriendo varias veces delante de la cámara para parecer muchos más, pero ya no importaba. La ilusión estaba creada. Una batalla muy violenta, pero casi en ningún momento gratuitamente. Casi; no entiendo muy bien porqué la HBO exagera la violencia y el sexo en unas series cuando alcanza un perfecto equilibrio en otras, pero en fin, sigue siendo HBO.


Venga, vale, la temporada ha merecido la pena. Y confío plenamente en que la próxima se mantenga a la altura.

Por cierto, no he avisado sobre spoilers al inicio de la entrada, pero digo yo que quien a estas alturas no se haya leído las novelas, es porque le trae sin cuidado enterarse de estas cosas antes de tiempo.

BOOOM.

jueves, 17 de mayo de 2012

El DCC - Dungeon Crawl Classics

Salgo momentaneamente de mi retiro espiritual, que espero abandonar definitivamente en breves para contaros muchas aventuras nuevas, por el puro y simple placer de adelantarme de nuevo a nuestros amigos de La Marca del Este, como en su día hice con el Ashen Stars, pero esta vez con nada menos que el DCC -Dungeons Crawl Classics-, el juego más esperado del año y posiblemente el más importante, con permiso del The One Ring de Francesco Nepitello, el cual he leído recientemente y me dispongo a dirigir en breve, y del que también hablaré profusamente a no mucho tardar.

Y ya que me adelanto, digo, a nuestros amigos de La Marca del Este, y pretendo hacerlo sin invertir mucho tiempo, voy a hacer un tipo de entrada que nunca he hecho porque tampoco la encuentro muy "jugosa". Me refiero a la reseña fotográfica. Para lo cual compruebo con agrado -al menos por ahora-, que en el ínterim desde mi anteriro entrada, blogger ha cambiado la página de diseño, de forma que me facilita mucho el trabajo. Así da gusto volver...

 A continuación podréis comprobar que la fotografía no es lo mío -aunque tengo pendiente aprender-, lo que sumado a que tampoco me he esforzado ni un ápice, y que esta misma mañana he estado ojeando un manual sobre fotografía digital, evento que inevitablemente enreda más que ayuda y acaba con la elección del peor "setting" para la cámara, ha dado como resultado que las fotos estén movidas. Que tanto da, pues es solo para que os hagáis una idea, y el libro habla por sí mismo con su rotunda belleza. Así sumáis el mareo a la envídia que me tenéis ahora mismo, y os chinchais el doble. Ala.

Aquí la portada, en toda su gloria, junto con la aventura que se incluye, y la versión introductoria. Qué más da si no se ve bien; estáis cansados de verla por la interné...

¡Ah! ¿Que no? Pues ala, ahí la tenéis en grande, a ver si os hartáis...

Aquí podéis apreciar el arte de las cubiertas interiores, pictórico a no poder más, que parece la Capilla Sixtina, pero en divertido. Nótese el horror del personaje en primer plano, devorado por un gusano gigante, a la Robert Shaw. Ah, el discreto encanto del dungeoncrawling...

Lo malo es que ahí se acaba el arte a color. Pero bueno, que tampoco importa una poodoo, porque el arte en blanco y negro, eso que nuestros jovencitos sensorialmente hiperexcitados no pueden apreciar cuando ven La Espada Salvaje de Conan a cargo de John Buscema, mola cantidad, y en este libro luce precioso.

A las pruebas me remito. Fijarse que también es muy bizarro, como la obra de Jim Raggi, pero más comedido, como en los ´70. Suciedad y corrupción con estilo. ¿Quién necesita Warhammer? Aparte de los niños pera que quieran ser así como... ozsea, muy kitzsch, ¿zsabesz?

Esta no tiene dibujos, pero curiosamente y supongo que por joder es la única que sale bién, la tenía que poner. Esto, amigos, son los famosos hechizos del DCC; cada uno con una pedazo de tabla de efectos. Tanto te puede salir genial un hechizo, como que te mande para urgencias. Eso si que es sentir la responsabilidad. Magia para valientes, nada de mariconadas...

Y la sección de monstruos, obligatorio mostrarla. Arriba a la derecha, un troll. Con su manada de Mamuts, como todo el  mundo sabe. Desde que lo ha dicho el Skyrim, y punto.

Y ya. Fín. La contraportada o culo del libro, que también es a todo color y preciosa. Mostrando además un estilo setentero que te cagas, toda una declaración de intenciones. Aquí, Eseautomátix -u Ordenalfabetix, que tanto da-, con sus pantalones galos de fiebre del Saturni dies por la noche.

Esto lo hago por que lo he visto por ahí. La inevitable comparación con otro libro, este de unos chicos de aquí de España, que igual no conocéis.

Esta también es otra inevitable, que he visto por ahí. El grosor del libraco. Así es como tiene que ser un manual de rol, así. Bueno, eso, y que todo el juego esté completo en un tomo. Sobre todo ahora que los frikis también son pobres.

Ala, un primer plano de lo anterior. No tanto por el detalle como por terminar de marearos con lo movido de la afoto, a ver si así gomitais el desayuno. Qué bloj tan interactivo, oye...

Pues hasta aquí las fotacas del juego del año. Un reportaje fotográfico más interesante que la siguiente gamberrada de la estirpe borbona. Con esto dejo constancia de que molo mazo por tener el DCC, y sobre todo, que no os lo había dicho, me adelanto a nuestros amigos de La Marca del Este, ¿no os lo había dicho? Pues sí, me he adelantado a nuestros amigos de La Marca del Este.

Es decir, si no se les ocurre la misma entrada el mismo día, y ellos publican a las 07:00, mientras que yo lo hago a las 08:00. Y entonces se adelantarán, y yo quedaré como un ridículo papanatas. Pero así son las cosas, al perro flaco todo son pulgas. ¡Oh!, ¡qué mundo este! ¡Me derrito, derrito...!