viernes, 31 de diciembre de 2010

El Universo Stargate (y II)

El título va con toda la mala idea que os podáis imaginar.

Volvamos sobre Stargate... la creación de Roland Emmerich y Dean Devlin, después continuada por Brad Wright con Dean Devlin, entre otros, sigue de cerca las simpáticas teorías de Erich von Däniken, aquel que creía entrever escondidos en las mitologías de las civilizaciones del pasado a sus “astronautas de la antigüedad” -al igual que su plagiador más cañi, J. J. Benitez-. Sobre dicha base, mezcla el género de la Ciencia Ficción con el de la Fantasía Mitológica (¿eso es un género?), dándole a esta última la “plausibilidad de la Ciencia Ficción”. Ya, ya se que esta última categoría es una contradicción, pero id a contarselo a los fans cerrados de la Ciencia Ficción que denostan la Fantasía, y veréis que risa. Id con el libro de física en la mano, y ya será el delirio.

Pero divago, y ya me habéis entenddido la idea: Stargate es la excusa para mostrar las mitologías bajo una nueva luz más “creible”, a la vez que se añaden todas las posibilidades de la Ciencia Ficción. Y lo hace con un resultado muy atractivo, al menos la mayor parte de las veces. Continúa la “tradición” de descubrir tales misterios del pasado a través de la aventura arqueológica, pero después toma una actitud más activa, pasando los protagonistas, literalmente, “al otro lado”. Así pues tenemos Ciencia Ficción y Fantasía Histórica, dos por el precio de uno. ¿Qué mas se puede pedir? Para alguien como yo que ama a partes iguales la Ciencia Ficción, la Fantasía y la Historia (incluyendo bajo tal epígrafe Historia y Arqueología), Stargate lo tiene TODO, como el Doctor Who.

Pero esperad, como decía Superratón, aún hay más. Pensad en esto: los protagonistas trabajan para el ejército, que es un patrón definitivo; cada semana viajan a un planeta nuevo, distinto, lleno de posibilidades; entre estas, algunas tienen que ver con culturas antiguas, otras medievales, otras modernas, otras decimonónicas, alguna incluso actual, y muchas veces futuristas; y los malos son tan, tan poderosos, que son tenidos como DIOSES, en concreto, los de nuestras mitologías. ¿Donde quiero llegar? Vamos....

¿Qué tenemos aquí?

Pues nada más y nada menos, que el juego de rol definitivo.

De hecho, existen juegos de rol con la misma idea que preceden a Stargate, como por ejemplo TORG.

Stargate tiene entonces un potencial e interés especiales para los roleros, al menos en mi caso. Antes de que Alderaac Entertainment sacase el juego oficial basado en su Spycraft, yo ya trasteaba con el D20 con el mismo fin.

Stargate SG1 comenzó a perder gracia hacia la quinta temporada, cuando los elementos mitológicos eran poco a poco eliminados, perdiendo su personalidad, y pasando a ser una serie más de Ciencia Ficción. Y seamos francos, era una serie “para toda la familia”, sin grandes retos intelectuales como para competir con Star Trek (la clásica, claro), Firefly o Farscape. Luego fueron renqueando, mal que mal, hasta que finalizó hace algunos años. Todo un clásico que envejeció mal, o más bien lo “envejecieron” malamente. Por supuesto, su “vástago” Stargate: Atlantis adolecía de la misma falta de creatividad, pero desde el principio. Sus fans dirán lo que se dice siempre en estos casos: que la cambiaron a un mal horario y tal y tal; como siempre, los Prefectos del Pretorio no quieren reconocer la realidad sobre el objeto de su deseo, que en este caso era muy obvia. Stargate: Atlantis era mala con avaricia, y su audiencia estaba a la altura de las circunstancias.

Y llegamos a Stargate: Universe. Esta serie es “para adultos”, después de que en Stargate SG1 se hayan cargado a todos los Goa'uld (los Dioses mitológicos). O en otras palabras: no tiene ni los malos, ni la aventura, ni siquiera el buen humor (las risas que yo he pasado con O'neill no las he pasado con ninguna otra serie del género) de la serie original. Ni una de las características ni motivaciones de la idea genuina. Eso si, todo lo más coñazo que había en Galáctica, y un montón de ideas chorras para las nuevas generaciones, como un friki de los videojuegos.

Ahora que la han cancelado, sus Prefectos del Pretorio insisten en lo de siempre: que la cambiaron a un mal horario y que tal y tal. Vamos, que era mala con avaricia, y ya no la veía ni Dios. No podría ser porque habían aniquilado toda la originalidad y frescura de Stargate SG1, no. Como iba a ser eso, si las habían cambiado por una serie madura de Ciencia Ficción para adultos.

Estos no lo van a entender, ni con el libro de física en la mano.

Me destrozaron un universo que me fascinaba, así que por mi, les está bien empleado. Me alegro en el alma por este mal ajeno; me alegro de que les hayan cancelado.

¿Soy malvado por sentirlo?

¡Por fín!


Precioso, ¿verdad?

Me hago eco (y como siempre, soy el último) de la gran noticia; el "Quick Primer for Old School Gaming" ha sido traducido al español. Por fín puedo remitir a mis jugadores y otros aficionados españoles que no dominen el anglosajón moderno aun documento para iniciarse en los principios que la Vieja Guardia desea recuperar.

Os lo podéis descargár aquí.

Como ya les he reiterado a sus traductores, me produce sana envidia, pues hace tiempo que traté de ponerme en contacto con Mythmere Games sobre la posibilidad de traducirlo, sin recibir respuesta. Ellos han tenido más suerte, y han realizado esta necesaria tarea.

Ahora a nadie en el hobby español le falta excusa para empezar a entender el movimiento de la Vieja Guardia, o Vieja Escuela, que han decidido llamarlo aquí.

martes, 28 de diciembre de 2010

alt.stargate.universe.die.die.die

Hoy voy a descubriros una faceta muy oscura de mi personalidad.

Hace algunos días me llegó la noticia de que la serie Stargate Universe ha sido cancelada por el nefasto Sci-Fi Channel, en su segunda temporada.

Y no puedo alegrarme más.

Veréis, desde hace poco más de un año, cada varios meses, presa de algún momentaneo aburrimiento, he consultado Gateworld, “tu completa guía sobre Stargate”, la página web más definitiva de los fans de Stargate. Y cada vez lo he hecho con la esperanza de recibir dicha noticia, pues mi anhelo era que cancelaran ese espanto de serie. Lo se, esta mal desear el mal ajeno, pero no he podido evitarlo; ellos mancillaron una idea genial, casi hermosa, como era Stargate SG1, que yo amaba profundamente, y solo me quedaba implorar algo de justicia divina. En los tiempos de los grupos de las News, existía un grupo llamado alt.wesley.crusher.die.die.die, en el cual se volcaba toda la frustración por el personaje de Star Trek: La Nueva Generación (y pobre Will Wheaton, vaya San Benito que le tocó), y de ser usuario de las news a día de hoy, hubiese sido yo el creador de alt.stargate.universe.die.die.die. No se si han sido mis oleadas de energía negativa o mis plegarias; más bien creo que habrá sido algo tán inhexorable como la lógica, porque contrariamente a lo que los fans acérrimos (Prefectos del Pretorio, recordad) se hayan autoconvencido, la serie, ni era Stargate, ni era buena.

Para empezar, tras acabar galáctica, una serie con tanto éxito, alguien tenía que rellenar su hueco. Y no iba a ser Cáprica, no, porque el registro de esta última es diferente. Así que a los génios televisivos del Sci-Fi Channel (doblemente génios, no se si me entendéis), se les ocurrió mezclar la “fórmula Galáctica” con su gran ganadora de los años anteriores, Stargate, sobre todo cuando Stargate: Atlantis estaba decayendo muy apropiadamente, porque, contrariamente a lo que los fans acérrimos y blah, blah, blah, era la versión cutre de Stargate SG1. Ahora bien, Galáctica estuvo bien, y punto. Tenía una gran personalidad, pero era su personalidad, única y (por favor) intransferible, muy al contrario de lo que pretendía Ron Moore cuando afirmaba que estaban haciendo la televisión del futuro, el muy prepotente. Galáctica, digo, estuvo bien, pero ella sola, y cuando se acabó se acabó. De hecho, el final no fué gran cosa, y se lo perdonamos por los buenos ratos que nos hizo pasar previamente; pero que tampoco fuercen su suerte. El caso es que volver a repetir la serie en otra serie, es por un lado mediocre, y por otro, imposible, algo así como intentar reemplazar a una persona por otra, como pretendía el protagonista de Vertigo (De entre los Muertos) -película que si no habéis visto, ya estáis tardando en ver.

Para exponer porqué Universe no es Stargate, necesito contar de que va Stargate, algo largo y agradable, pero sobre todo largo, como para contarlo en la siguiente entrada.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Salvatore y yo.

Anda, que me ha quedado un título evocador de los trabajos de Mario Puzo. Pero no, no tiene nada que ver, más bien al contrario...

El Salvatore al que hago referencia es, como no, Robert Anthony Salvatore, nuestro viejo amigo Salvatore. Para hablar de el, tendré que referirme más bien a mi relación con Drizzt.

La primera vez que oí hablar de Drizzt, me pareció un personaje manido y cliché hasta la saciedad. El asesino definitivo, pero buena gente, como no. La usual fantasía adolescente, políticamente correcta. Pero en fin, en mi amor por D&D, y los Reinos Olvidados (los de antes, no los de ahora), me puse a la pesada tarea de leer las novelas del “icónico” (para los Reinos) personaje. Empecé con The Crystal Shard, y me di de bruces con el estilo completamente falto de nada remotamente literario del tal Salvatore. Sincerémonos por encima del inevitable amor adolescente de los Prefectos del Pretorio de Salvatore: es un escritor pésimo. No acabé la novela, raro en mi.

Poco después me recomendaron encarecidamente la trilogía del origen de Drizzt (morada, refugio y no-se-que-más), y de nuevo por amor a D&D y blah-blah-blah, me volví a meter en harina... y esta vez la cosa cuajó. No me malinterpretéis; Salvatore sigue siendo un escritor literariamente pésimo, y encima no ha mejorado un ápice en más de veinte años, que ya tiene bemoles la cosa. Y lo sé, porque en su día leí algo de la transición de Drizzt a los Reinos de cuarta... Pero volviendo al tema, pude acabar la trilogía del origen de Drizzt, y continuar con la de Crystal Shard, pues descubrí que ni el personaje era el cliché que parecía, ni las novelas eran, una vez te acostumbras al martilleante y continuo soniquete de la literatura mala con ganas, aburridas; más bien al contrario.

Pero como me pasa siempre, cuando una masa de energúmenos abogan por las inexistentes bondades del objeto de su deseo sin entender que nos puede gustar algo cutre sin llegar a autoconvencernos de la estúpida idea de que es maravilloso, Salvatore me empezó a caer bastante mal. No por su éxito, sino por su éxito inmerecido. Yo he leido (en internet, figuraos) gente escribiendo que Salvatore es el mejor escritor de la Historia, que es como afirmar que el Papa viste de negro. Cómo me iba a caer bien Salvatore, manteniendo tal recua de fans.

Pero mira, no se puede escupir para arriba. Recientemente, James en su Grognardia se refirió a Salvatore en esta entrada con video incluido, donde asistimos a una charla del autor en una universidad americana. Y mi opinión cambió radicalmente. No solo por lo que señala James, sobre que Salvatore es un jugador de la Vieja Guardia que usa la primera edición de AD&D, sino especialmente porque para mi estupor y agradable sorpresa, descubrí que Salvatore es un tio genial, amigable, afable... alguien a quien quieres conocer, y que sea tu amigo.

Lo que son las cosas. Me he descubierto recientemente pensando en continuar leyendo la saga de Drizzt. Lo dudo, la verdad... pero mi nueva opinión sobre la personalidad de Salvatore se mantiene: me cae genial.

E investigando algo más, he descubierto un retazo de “justicia poética” que ha logrado que me caiga mejor. Resulta que Salvatore, tras firmar con Lucasfilm para escribir una novela de la serie Vector Prime de Star Wars, recibió la noticia de que en ella debía matar a Chewbacca. Y sin realmente buscarlo ni desearlo, desde entonces se ha ganado la enemistad de muchos fans irracionales. Del mismo tipo que aquellos que ridículamente le atribuyen méritos que no tiene. En los vídeos de charlas que corren por Youtube puede apreciarse que se lo toma con sorna pero también con amargura... tragándose su propia medicina. Con ello me parece alguien aún más apreciable.

Y he aquí de como cambié mi opinión de Salvatore, y ahora estoy contento con el.

Lo que no quita para que siga siendo un escritor nefasto, no nos confundamos.

Un retorno... histórico.

Llevo sin actualizar este nuestro blog un tiempo considerable, y tengo una lista de entradas pendientes larga como mi brazo. Vamos que no, no lo he abandonado ni nada por el estilo. La razón de que haya estado tán desaparecido la tenéis aquí, en mi otro blog, que acabo de inaugurar, aunque con bastante retraso. Ahora que estoy más tiempo en casa y puedo dedicarle algo de tiempo al dichoso ordenador, trataré de ponerme al día.

Por lo pronto, ayer mismo se recibió en Mazinger Oviedo la tan esperada... :



que ya he empezado a leer, lo que no me llevará mucho porque se trata del viejo D&D de los '80. Así llenaré una entrada con la inevitable reseña, en breve. Me hace harto feliz la aparición de este producto, porque me encontraba solo con esto del Old School en el panorama español; pero era solo mi (perezosa) impresión.

Lo que me ha gustado es el tono “Histórico vs. Dungeonpunk” que sus autores le quieren, de lo que hablaré en su momento, ya que si bién aún (y subrayo aún) no he hablado de dicho debate, es una de mis más enconadas luchas. Si, amo la Historia, y por contra el "Dungeonpunk" me da una mezcla de pena y asco. Pero en breve volveré sobre todo esto.

Manteneos a la escucha...